El 'car sharing' es un sistema y una filosofía: utilizar el coche de forma colectiva, eliminar la propiedad del binomio del uso, y fomentar los desplazamientos de forma sensata y responsable. La iniciativa Ibilkari tiene años de experiencia en ello.
Los binomios y versus se pegan muchas veces sin una razón determinada. Se quedan pegados y cuesta separarlos después. El binomio añadido al uso del coche es la propiedad y el versus añadido al transporte público es el coche. Pues bien, el sistema de car sharing se creó para separar a esas supuestas parejas y rivales, y se ha creado ahí otro binomio, porque no es solo un sistema, sino toda una filosofía.
"Si tú descuelgas la propiedad del binomio del uso del coche, cambian muchas cosas. Si eres dueño de un coche, usas el coche por inercia; no piensas mucho. Si pones en cuestión la propiedad, el uso también cambia", explica Iker Maguregi, gerente de Ibilkari. Y sabe a lo que se refiere, ya que tiene más de diez años de experiencia en ello. Ibilkari nació en 2009 de la mano de Eusko Car Sharing Elkartea, y comenzó en Bilbao, donde aún se encuentran, y gestionan más proyectos locales como Ukanauto Uribe Kosta (Bizkaia) y Auzokar Areatza (Bizkaia).
¿Qué ofrecen, fundamentalmente? La posibilidad de tener coche cuando uno lo necesite sin ser propietario, reduciendo los costes asociados a la propiedad. Sólo se pagan los kilómetros recorridos y el tiempo empleado. La mayoría de las veces es por unas horas, pero el usuario tiene disponible un coche las 24 horas del día y siete días de la semana, previa reserva. Maguregi destaca que los de ellos no son coches para circular por las ciudades, sino "interurbanos": "Para nuestros usuarios de Bilbao esta es la última alternativa. Antes de utilizar esto han pensado en ir en tren, en tranvía, en metro, en bicicleta... Y si no pueden, porque tienen que ir a un pueblo perdido, al que el uso del transporte público se va a convertir en una aventura, porque tienen la reunión a las 10.00, pues necesitan un coche y lo van a utilizar con sentido común ".
El gerente de Ibilkari dice que hay que entender su oferta "como un servicio público", ya que así fue entendido "hace tiempo" en Europa. Ha puesto ejemplos de Alemania, Suiza y Holanda: cómo Amsterdam tiene 800.000 habitantes, y 2.000 coches para car sharing, y ayudas, beneficios, asociaciones sin ánimo de lucro... Se retrotrae al origen: ¿cómo creó una "cuadrilla de ecologistas" la iniciativa: "¿cómo, pues, vamos a comprar cada uno su coche? Eso es una locura.
Compartamos ". Cómo empezaron ellos desde una perspectiva "economicista y ecologista", cómo arraigó su preocupación y hizo el camino a las instituciones públicas en los años 90, pero cómo a partir del año 2000 entraron en escena las grandes empresas automovilísticas y se alejaron del concepto clásico de car sharing: "La automoción ha visto que este modelo le sirve para comercializar sus productos y utilizarlos como escaparates".
Complementario al transporte público
Maguregi tiene claro que el transporte público "no llega a todas las frecuencias y lugares, por desgracia". Por eso dice que lo de ellos es "complementario, una herramienta, el transporte público vs el coche para romper ese binomio"; que "ayudan" al transporte público y "damos una solución" a la gente implicada en estas situaciones. Otra variable: "Hay gente que tiene problemas para tener un coche. Nosotros siempre nos hemos acostumbrado a decir que tenemos coche en el currículum, a tomarlo como un valor, pero quien no pueda, ¿qué? ¿Se queda fuera del mercado laboral por eso? ¿Porque no tiene coche en propiedad? Este servicio puede servir también para estas situaciones transitorias".
Maguregi está convencido de que el papel del transporte público será "decisivo" en el futuro y habla del seamless mobility: movilidad sin costuras. Y en eso la importancia que tendrán los coches compartidos, las bicicletas compartidas, los viajes compartidos...
Publicado el 23 de Junio en 'Berria' por Enekoitz Telleria (Texto traducido mediante 'Itzultzaile Neuronala').
